Prefiero disfrutar con la idea de que en África o Asia, el animal terrestre mas grande que pisa nuestro planeta, campea majestuoso, viviendo libre entre su manada-familia, antes de imaginar como otras familias educan a sus menores entre armas y costumbres retrogradas costeadas con el esfuerzo y sacrificio de todos.
Defiendo la elección de nuestro jefe de estado de forma democrática, frente a la designación por herencia, linaje o derechos adquiridos por unas determinadas familias en la Edad Media.
El anuncio de que, precisamente hoy 14 de abril, día en el que se celebra el aniversario de la proclamación de lasegunda república española, el rey Juan Carlos, ha sido operado por una lesión sufrida mientras cazaba elefantes en Botsuana, ha encendido aun mas, el sentimiento republicano en muchos de los ciudadanos que comprueban con noticias como esta lo obsoleto, inapropiado y absurdo que es en nuestro tiempo seguir con el jefe de estado que designó el dictador Franco cuando vio acercarse el fin de sus días. (Franco por cierto, también cazaba, pero perdices y conejos en Doñana).
El caso es que he estado siguiendo las reacciones y comentarios en los medios y redes sociales, comprobando como la indignación y el ingenio de la gente ponía de manifiesto una mas que esperanzadora animadversión hacia la casa real.