Pese a que las noticias de los ataques a los hoteles de cinco estrellas en Mubai están acaparando las portadas y cabeceras de casi todos los medios estos días, no merecen ser castigadas con el cruel látigo del olvido otras noticias que esta semana han pasado más o menos de largo por delante de nuestras narices.
La primera perla la podemos encontrar en la intervención del rey Juan Carlos en la posible compra de acciones de Repsol por parte de una empresa rusa. Algunos medios dicen que llamó hasta seis veces al presidente zapatero para convencerle de que facilite la compra del 30% de las acciones a la empresa rusa. ¿Nadie tiene curiosidad en conocer qué tipo de intereses puede tener la casa real, pagada con nuestros impuestos en este tipo de negocios?. Al parecer nuestros políticos no sienten este tipo de curiosidad ya que nadie ha planteado públicamente estas preguntas.
Un par de días más tarde el defensor del pueblo, representante de la institución que debería dedicarse a defender los derechos de los ciudadanos sin ningún tipo de discriminación por raza, sexo, o ideas, llama tontos a los que no defienden las corridas de toros. ¿y si algún antitaurino recurriese a esta institución para reclamar algún derecho? ¿Sería tratado por este señor con respeto, o consideraría que de un tonto solo pueden venir tonterías? ¿Por qué tampoco ningún político ha criticado este insulto?
También se hace público que la Conferencia Episcopal presentó sus datos relativos al último ejercicio fiscal, el primero en que entraba en vigor el acuerdo por el que el Estado incrementaba del 0,52% al 0,7% su partida a través del IRPF. Y vistos los datos, la jugada ha dado resultados espectaculares para los obispos. Así, mientras en 2006 la Iglesia recaudó gracias a la Declaración de la Renta 144,9 millones de euros, en 2007 (últimos datos oficiales computados) la cantidad aumentó en casi 30 millones, llegando hasta los 173,8 millones.
En total, las arcas del Estado junto a las de las comunidades autónomas financian a la Iglesia católica, cada año, con más de 5.000 millones de euros.
¿Quién dijo crisis? ¿Quién va a fiscalizar todo ese dinero, para evitar que como ya ha ocurrido los obispos se permitan invertir en fondos dudosos, y especular con terrenos pagados con nuestros impuestos? ¿Se darán cuenta los políticos que las cruces que a la Iglesia le importan no son las que se van a quitar de los colegios, sino las de la declaración de la renta?
Por último, retomando la noticia del principio, y dejando absolutamente claro que toda forma de violencia es condenable, quizás sea interesante encontrar algún análisis de la situación India que explique por qué este grupo de “terroristas” ha elegido como objetivo el sector del turismo. Tal vez, sea la mejor forma de reclamar por unos días la atención del resto del mundo, hasta que alguna nueva noticia silencie la anterior. Tal vez, la situación de la población india con más de mil millones de habitantes (solo el 14 % de ellos de religión musulmana), y sus extraordinariamente profundas disparidades económicas, tenga mucho que ver. Tal vez, unos dirigentes que pretenden solucionar con las medicinas del capitalismo los problemas de la pobreza, deban mirar más a su país y menos a las cumbres y reuniones que siguen obstinadas en curar al enfermo con la medicina que lo esta matando.
¿Nadie cree que es ya hora de plantearse si es mejor un mundo sin reyes, sin obispos, y sin gobernantes que no respetan a los que les han votado?
Juan Manuel Mancebo Fuertes
Noviembre 2mil8
www.bobastro2.blogspot.com
jmanceb@gmail.com
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