Esta vez ha sido el presidente del congreso, José Bono, durante una entrega de premios de la “Asociación Taurina Parlamentaria”, algo así como un club donde algunos de nuestros diputados de diferentes partidos se ponen de acuerdo para defender y fomentar la fiesta taurina. El presidente del congreso además de defender la “fiesta de los toros” ha llamado tontos a los que no comparten su idea de España afirmando que hay muchos "tontos que por no mencionar el nombre de España hablan de Estado como si fuera lo mismo".
Se esta poniendo de moda por parte de algunos políticos esto de insultar públicamente a los que no comparten sus ideas, como hace un par de meses hizo el Defensor del pueblo, Enrique Múgica, al calificar de tontos a los antitaurino, en una entrevista de radio.
Olvidan quizás, que desde su cargo público deben defender y respetar a todos los ciudadanos, aunque no compartan su afición o sus ideas patrióticas. Ciudadanos que además de haberles elegido, estamos pagando sus cargos y privilegios y tenemos derecho a ser respetados sean cuales sean nuestras ideas.
Por otra parte, el sentido común y las encuestas ponen de manifiesto que la afición a la Tauromaquia o a la caza deportiva, tan populares entre nuestros jueces y políticos, son cada vez menos compartidas por la mayoría de los españoles. Quizás, esta sea una manifestación más de la distancia que separa determinada clase política de la mayoría de los ciudadanos de a pie. Seguro, es un síntoma de que nuestra sociedad civil avanza dejando atrás estereotipos y tradiciones tan crueles como torturar a los animales en las plazas o matarlos por diversión en los cotos.
Un servidor, además de sentirse legitimado ante semejantes ejemplos de personajes públicos para llamar gilipollas, a los que son capaces de asociarse con el objetivo de fomentar la tortura publica de un animal, en un cruel espectáculo propio del pasado, lamenta profundamente estar gobernado por políticos y reyes defensores de la tauromaquia, y piensa cada vez que les ve en las revistas del corazón presenciando una corrida o acudiendo a un acto religioso, que quizás ignoren que en el S XVI el Papa San Pío V solicitó a un grupo de españoles ilustres informes de primera mano sobre las corridas, y sobre su base promulgó el 1 de noviembre de 1567 la bula “De salutis gregis dominici” en la que “deseando que estos espectáculos tan torpes y cruentos, más de demonios que de hombres, queden abolidos en los pueblos cristianos”; dictaba pena de excomunión a los emperadores, reyes y cardenales que los consintieran, a los clérigos que asistieran a ellos, y se negaba la sepultura cristiana a los toreros muertos en el transcurso de alguna lidia. (http://es.wikipedia.org/wiki/P%C3%ADo_V)
Sin duda, ignoran la definición que la UNESCO realizó de la mal llamada fiesta de los toros: “La tauromaquia es el terrible y venal arte de torturar y matar animales en público, según unas reglas. Traumatiza a los niños y los adultos sensibles. Agrava el estado de los NEURÓPATAS ATRAÍDOS POR ESTOS ESPECTÁCULOS. Desnaturaliza la relación entre el hombre y el animal. En ello, constituye un desafío mayor a la moral, la educación la ciencia y la cultura”.
Seguro, no han leído “la memoria y la sangre" de Garcia Lorca: ”:¡Ay desdichada España! ¡País de negruras, de fuego y horror! ¡Apoteosis de imbecilidad dirigida por curas lujuriosos, toreros chulos, prostitutas sin alma, ladrones de frac e ignorante de fe!
Juan Manuel Mancebo Fuertes
jmanceb@gmail.com
marzo 2mil9
1 comentario:
A mi lo que me hace gracia es que se politicen los gustos personales de los demas. A mi no me gustan los toros y soy de izquierdas, pero conozco a personas de derechas que tampoco. Picasso y Machado eran de izquierdas y les gustaban los toros. ¿Que tal si dejemos de politizar los gustos de cada cual, y respetamos que a cada uno le guste (o no) los toros, el fútbol o la petanca?
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