Dicho sea con todo el respeto a los creyentes, un año mas, me sigue siendo difícil entender las populares celebraciones que en estos días los católicos realizan en muchas de nuestras ciudades.
No comprendo que el luto cristiano se rodee de lujos y ostentaciones, que se argumenten motivos religiosos para vivir noches de juerga, bebidas y excesos, y menos para paralizar la actividad productiva de un país.
Por otra parte no se puede negar el interés turístico del asunto, aunque a cambio sigamos dando en el extranjero la imagen de un país de toreros y fanáticos religiosos, que lamentablemente aun tardaremos tiempo en deshacer.
Por supuesto que cada cual es libre de creer en lo que quiera, y todas las religiones tienen derecho a realizar sus actos litúrgicos como les mande su tradición, aunque también es verdad que si desde las iglesias y cofradías se opina de asuntos como la ciencia o las leyes, cualquiera puede verse en el derecho de opinar sobre sus actividades, sobre todo si las pasean por las calles de nuestros pueblos y ciudades, así que, por si a alguien le interesa, ahí va mi opinión, desde tres puntos de vista:
En cuanto a las creencias, un servidor comparte la opinión del científico Richard Dawkins, autor de libros como “el gen egoísta” y promotor de las campañas con mensajes ateos en los autobuses de media Europa, cuando dice que "Cuanto más piensa la gente por sí misma menos probabilidades hay de que crean en Dios".
En cuanto a lo litúrgico del asunto, no me le veo la gracia a exhibir en público tallas de personajes bíblicos, agonizando, o ya cadáveres, crucificados o resucitados, y desde luego no considero que pueda aportar nada positivo a la educación de mis hijos asistir a una procesión de encapuchados, portando tronos y velas seguidos de señoras descalzas, o con los ojos vendados en penitencia. Eso se me parece demasiado a las imágenes de fanatismo religioso que vemos por televisión en otros lugares del mundo.
Y en cuanto a lo institucional, no creo que la presencia en los desfiles procesionales de las autoridades civiles, militares y policiales de nuestros ayuntamientos sea en absoluto acorde con el articulo 16-3 de nuestra constitución que dice: “Ninguna confesión religiosa tendrá carácter estatal”.
Por un lado la presencia de armas, y en definitiva la escolta por parte de unidades del ejército, la guardia civil o la policía nacional de las imágenes católicas me recuerda demasiado a la histórica relación de los ejércitos y la jerarquía católica, que en largas épocas anteriores vivió nuestro país.
Y por el otro, la presencia del alcalde de mi pueblo encabezando las procesiones junto con el jefe de la policía local, portando además, los símbolos oficiales de sus cargos, me parece además de una imagen arcaica y fuera de lugar, un dudoso respeto al mandato constitucional, antes señalado, en cuanto a que supone la representación del estado en una ceremonia religiosa.
Nuestro alcalde no acude a título personal a los actos de semana santa, sino que representa a una institución que no debería distinguir a ningún sector en particular de la población, sea cual sea su creencia religiosa.
Con su presencia está dando un carácter oficial a las ceremonias de esta confesión religiosa en detrimento a las otras a las que no acude, además de privilegiarla otorgando aportaciones económicas A CARGO DE LOS PRESUPUESTOS MUNICIPALES o fundaciones que en el caso particular de mi pueblo, suponen importantes donaciones anuales a cofradías de aquí y de la capital, o el encargo de tallas de cristos en madera.
Seguro que me acusan de demagogia, pero apuesto a que cualquiera conoce otros destinos en nuestro entorno donde de ese dinero es más necesario.
acabo reiterando mi respeto hacia todos los que creen. Yo creo que otro mundo es posible, y que hablando sin tapujos de asuntos como estos podemos avanzar y conseguirlo.
Juan Manuel Mancebo Fuertes
Abril 2mil9
jmanceb@gmail.com
www.bobastro2.blogspot.com
3 comentarios:
Yo diría más, el concordato en si, es claramente anticonstitucional, pues otorga privilegios de todo tipo a la jerarquía eclesiástica, también lo seria la mal llamada ley de memoria histórica, en ella también se le hacen concesiones a esa confesión.
Y que me dices del acoso mediático en toda clase de medios locales, incluso estatales: La 2ª de TVE, Canal Sur… nos han atosigado con retransmisiones a todas las horas.
Esto es una imposición, en las calles, en los medios, en nuestras vidas.
No creo en Dios y mucho menos en la iglesia, pero seamos realistas las procesiones mueven tanto dinero que es normal que se apoyen desde la alcaldia aunque sólo sea como atracción turistica. Ádemas el alcalde queda bien con todos los cofrades ya que sale en todas las procesiones habidas y por haber, con la pertinente entrevista de Torrevisión en la que aprovecha para echarse flores.
Si, hay muchos intereses detrás de las cofradías, muchos votos, mucho amiguismo y concretamente en nuestro pueblo va a más con la incorporación de una nueva hermandad desde hace unos años, sin embargo empiezan a tener dificultades para encontrar gente que porte los tronos.
Saludos.
Totalmente de acuerdo con lo escribes.
Saludos
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