jueves, 30 de abril de 2009

Lo que no nos cuentan sobre la epidemia de la gripe.

Es un hecho, que las noticias sobre la epidemia de la gripe porcina, que se esta convirtiendo en pandemia, acaparan estos días la mayor parte de los medios de comunicación, eclipsando otros temas de interés mundial reciente, como la crisis económica mundial o cualquiera de las ocurrencias de Obama.
Sin embargo, los grandes medios de comunicación de masas se centran en el catastrofismo y la espectacularidad de las cifras y porcentajes de muertos e infectados, y en las imágenes de pasajeros de avión con mascarillas respiratorias, sin analizar, ni siquiera plantear, las causas últimas del origen del problema.
Se ha conseguido incluso cambiar el nombre a la epidemia, por el de “nueva gripe”, borrando de las informaciones la referencia al origen porcino de la infección.
Una vez más hay que acudir a otros medios de información, libres, o alternativos para informarnos completamente sobre el tema, y conocer a través de cientos de artículos, entrevistas y documentos, las verdades que se ocultan a la opinión pública sobre la enfermedad, que tiene sus raíces en los intereses de grandes multinacionales que dominan el sistema de cría industrial de animales en el mundo, en lo que supone otra manifestación más de la crisis del sistema globalizado que estamos sufriendo.
En estos otros medios, podremos conocer que en México, como en otros muchos países del mundo, las grandes empresas avícolas y porcínas han pasado a formar parte de super-empresas como Smithfield Foods, la mayor empresa de cría de cerdos y procesamiento de productos porcinos en el mundo, y que uno de los principales focos de la epidemia se originó en una gigantesca granja de Veracruz, propiedad de esta multinacional.
También nos enteraremos de que hace seis años, la revista Science publicò un artículo científico que advertía, que el virus de la gripe porcina de America del Norte (H1N1), tras años de estabilidad, había dado un salto evolutivo vertiginoso, y explicaba que tras haber sido detectado años atrás, desde finales de los 90, han venido surgiendo nuevas y más virulentas mutaciones año tras año, con una variante del H1N1 que contenía los genes internos del H3N2 (causante de la otra gripe de tipo A que se contagia entre humanos). Los investigadores entrevistados por Science se mostraban preocupados por la posibilidad de que uno de esos híbridos pudiera llegar a convertirse en un virus de gripe humana y urgían a la creación de un sistema oficial de vigilancia para la gripe porcina.
También se documenta como esta evolución del virus y otras enfermedades viene provocada por el modelo de explotación del ganado en estas gigantescas granjas pertenecientes a empresas con enormes influencias políticas y económicas, que valoran este negocio en términos de rentabilidad, lo que requiere grandes cifras de producción, concentración de recursos y crecimiento rápido del producto, lo que significa, la concentración de animales en condiciones extremas en gigantescas “fabricas-granja”, donde se les suministran fármacos y hormonas para acelerar su crecimiento y puesta en circulación como producto en el mercado, favoreciendo la aparición de estas enfermedades y mutaciones. (1)
Tampoco es difícil encontrar en estos medios, referencias a las declaraciones que estos científicos hicieron públicas denunciando las amenazas y presiones de estas empresas en contra de sus investigaciones, como ya ocurrió cuando se destaparon los casos de las vacas locas o la gripe aviar.
Pero no solo las multinacionales de la carne sacan partido de este sistema de explotación desmesurada, sino que las grandes farmacéuticas y laboratorios biotecnológicos, a la vez que obstruyen la investigación de medicamentos que no les supongan beneficios económicos, monopolizan la investigación y producción de vacunas y antivirales, que en estos días tanto se demandan desde todo el mundo.
En concreto, los únicos antivirales que tienen acción contra el nuevo virus están patentados en la mayor parte del mundo y son propiedad de dos grandes empresas farmacéuticas. Se trata del zanamivir, con nombre comercial Relenza, comercializado por GlaxoSmithKline, y el oseltamivir, cuya marca comercial es Tamiflu, patentado por Gilead Sciences y comercializado en todo el mundo por la empresa Roche.
Será difícil leer en los medios tradicionales que estas dos empresas son la segunda y cuarta farmacéutica del mundo, y que, como cada vez que se desata una epidemia sus cifras de negocio se multiplican, sus acciones han subido un 4 y 6% en esta semana.
Una vez más, la mordaza aplicada por las grandes empresas multinacionales a los medios de comunicación nos impide conocer, toda la verdad sobre el mundo en el que vivimos, un mundo donde la desquiciada avaricia del sistema globalizado está por encima de la ecología, la salud y las vidas de la mayor parte de los ciudadanos.
Probablemente poco podamos hacer para evitar estas situaciones, pero es nuestro derecho conocer la verdad y nuestra responsabilidad contarla allí donde alguien pueda escucharnos.
Esta es una de las razones por las que a menudo, me da por escribir.

Juan Manuel Mancebo Fuertes
Abril 2mil9

jmanceb@gmail.com

www.bobastro2.blogspot.com


(1) conclusiones de la Pew Commission on Industrial Farm Animal Production (Comisión Pew sobre producción animal industrial), publicadas en 2008, afirman que las condiciones de cría y confinamiento de la producción industrial, sobre todo en cerdos, crean un ambiente perfecto para la recombinación de virus de distintas cepas. Incluso mencionan el peligro de recombinación de la gripe aviar y la porcina y cómo finalmente puede llegar a mutar en virus que afecten y sean trasmitidos entre humanos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias. Se agradecen que queden todavía personas con el suficiente espiritu crítico para tratar de mirar las cosas como son.

No se quien lo dijo pero hay una frase que me encanta: "Después de la versión queda la realidad"

Anónimo dijo...

Después de la versión oficial queda la realidad"

las prisas, ya se sabe.