Me envia mi amigo Jose Atonio un interesante articulo sobre la historia mas reciente en Islandia. El, como yo y muchos otros creemos lo de que "otro mundo es posible" y acontecimientos como estos, nos animan a seguir trabajando por conseguirlo.
Histórico: las protestas
Desde mediados de esta década el influjo del capital se ha visto incrementado en todo el mundo occidental, un proceso en el que Islandia no era una excepció. Los islandeses incrementaron su desarrollo y para el 2008 contaban con la mejor calidad de vida en el mundo. Muchos argumentan que esta infusión de capital, (dinero electrónico y en calidad de préstamo), era parte de un plan económico ideado para endeudar estados y ciudadanos, lo que más tarde se llamaría la burbuja financiera.
De hecho, en octubre 2009 los tres bancos principales de Islandia se declararon en bancarrota; la Bolsa suspendió su actividad cuando sus valores se hundieron más de un 70% y la corona islandesa perdió más de la mitad de su valor. El país quedó en la quiebra.
Cabe notar que no hubo una protesta pública inmediata por parte de la gente. Los islandeses no sabían protestar; la última manifestación que hubo en Islandia fue en 1949 contra la OTAN. Hörður Torfasson, artista, escritor y cabecilla de un movimiento ciudadano, comentó al diario Tiempo que a las primeras protestas apenas acudían 15 personas. En aquellos días la gente que pasaba les preguntaban qué estaban haciendo.
Pero ya para el 22 de enero, más de 2.000 personas encararon a la policía frente al Parlamento y les lanzaron pintura, huevos, zapatos. La imagen fue insólita: la policía,nerviosa, no supo cómo gestionar la situación, en sesenta años no habían tenido ninguna carga policial.
Las manifestaciones continuaron y crecían día a día hasta que un joven anarquista se le ocurrió trepar el tejado del Parlamento y sustituyó la bandera nacional por la enseña de la cadena de supermercados Bónus: un trapo amarillo con un cerdo sonriente en el centro. Pasó más de un día hasta que los políticos se percataron de este hecho e inmediatamente intentaron criminalizar a los manifestantes como "terroristas".
Finalmente esta acusación fue aplacada por otros gobernantes que decían "no es el momento de buscar responsables" -nunca quedó claro si estos gobernantes se referían a los manifestantes o a ellos mismos.
Sin embargo, desde este momento la actitud de los manifestantes cambió, ante la amenaza de ser acusados nuevamente, cada vez que tenían un roce con la policía, compraban flores para regalárselas a la policía, desarrollaron una suerte de diálogo con las fuerzas del orden.
"No digo que sea bueno, pero hasta que no hubo altercados no se han acelerado las cosas", confiesa Stefan Valber, dueño de una tienda de ropa y diseñador de una camiseta con el rostro del primer ministro británico, Gordon Brown, y la leyenda Brown (marrón) es el color de la caca, que ha sido un éxito de ventas debido a la irritación islandesa con el Gobierno inglés. En octubre los británicos aplicaron a Islandia la ley antiterrorista para congelar los movimientos de sus bancos y salvar el billón de libras que ahorradores e instituciones inglesas habían invertido. Aparte de haberlos dejado arruinados, ponian a los islandeses en la lista de los "malos" junto a Corea del Norte,Sudán o Al Qaeda.
Lo Económico y lo Político
Para esa fecha el Fondo Monetario Internacional se hizo cargo. Islandia pasaría a ser el primer país occidental en recibir un préstamo del FMI desde 1976 y su deuda externa sería ahora nueve veces su PIB. El que se encargó de firmar esta odiosa deuda fue Davíð Oddsson posiblemente un cómplice de este plan de endeudamiento. Oddsson era el gobernador del Banco Central islandés desde 2005 y la persona que más tiempo estuvo tocando poder en la isla: fue primer ministro de 1991 a 2004, ministro de Exteriores y alcalde de Reikiavik durante casi diez años.
Fue Davíð Oddsson quien más presión puso al primer ministro Geir Haarde,para pagar la deuda a la corona inglesa y holandesa con el préstamo del FMI, algo con lo que en principio Haarde estaba de acuerdo. Y fue el primer ministro mísmo junto a sus secuaces que aprovechando aquel momento de crisis iniciaron los trámites para ingresar a la Unión Europea, a pesar que año tras año los sondeos indicaban que el pueblo islandés tenía menos interés que Irlanda en pertenecer a la UE.
El momento era clave, se vendería al pueblo islandés la integración a Europa como la solución a la crisis. Los altos "jefes" de la UE estaban dispuestos a aceptarlos en un proceso rápido, pero tenían que pagar la deuda, o sea, quedar endeudados. Esa posibilidad se vio frustrada cuando el primer ministro bajo una enorme presión popular decidió llamar a un referendo para pagar la deuda, a lo que el pueblo dijo "NO" y el proyecto Europa se estancó.
Inmediatamente, al no encontrar una salida, el primer ministro convocó elecciones para el 9 de mayo, además anunció que sufre de cáncer y que no se presentaría. Para esos días se abarrotaban cerca de 10.000 personas en la plaza del Parlamento y gritaban infatigablemente "¡No podemos esperar más, los queremos fuera ya!". Días más tarde, dimitía el ministro de Comercio y admitía responsabilidades. Finalmente, dos días después, se disolvía la coalición de gobierno dimitiendo todos sus representantes.
Revolución
Después de una semana de incertidumbre, la socialdemócrata Jóhanna Sigurðardóttir toma las riendas de lo que sería el primer Gobierno de izquierdas de Islandia, con un Ejecutivo en minoría formó una coalición con Los Verdes izquierdistas.