Agua, recepciones y respuesta ciudadana. Juan Manuel Mancebo. Nov 2010. www.Alhaurin.com
Buena parte de los conflictos de nuestra historia, han sido provocados por intereses relacionados con la gestión del Agua.
En nuestro pueblo, no hace tanto tiempo que los vecinos de Pinos de Alhaurín nos organizamos, manifestamos y encerramos durante muchos meses reclamando una recepción de la urbanización por parte del Ayuntamiento como forma de solucionar, entre otros, los problemas derivados de las precarias instalaciones y seguridad en el suministro de este recurso básico.
Junto con la reacción ciudadana contra la construcción de la Cárcel en terrenos del municipio, y las diversas movilizaciones relacionadas con el conflicto de las Canteras, la reivindicación de la urbanización más grande de Andalucía en su momento, fue uno de los mas evidentes ejemplos de reacción ciudadana frente a las instituciones que nuestro municipio ha vivido.
En aquel caso, el crecimiento desmesurado del municipio gracias al boom inmobiliario de los 80, sin las suficientes previsiones en cuanto a infraestructuras y servicios, provocó la reivindicación organizada de unos vecinos que se encontraron con importantísimas deficiencias en su urbanización, entre ellas la más acuciante, falta de agua.
Actualmente, y tras el otro boom de los últimos años nuevas urbanizaciones estan sufriendo los mismos problemas a la hora de que el Ayuntamiento se haga cargo de su gestión y mantenimiento; Nuevas urbanizaciones que en muchos casos presentan deficiencias con costes millonarios que las promotoras no atienden y que el Ayuntamiento no quiere asumir. Y las más antiguas, como El Lagar, sufren presiones e ingerencias por partes interesadas en el sentido de enfrentar a los vecinos sobre la conveniencia o no de una recepción que, en este caso no todos han pedido y que no está claro si les conviene.
Y siempre, rondando estos conflictos, se presenta el tema del Agua, tan golosa como imprescindible para los futuros promotores, tan necesaria para especuladores, empresas privadas de gestion y futuros amigos de posibles campos de golf y megaurbanizaciones, como escasa en nuestro subsuelo.
Y es que pese a la riqueza hídrica de nuestra sierra y los últimos niveles de lluvias, no debemos olvidar que la correcta gestión del Agua debe ser una de las prioridades de los Ayuntamientos, y no solo desde el punto de vista recaudatorio, como por desgracia tratan el tema nuestros gobernantes.
Es posible, que en los próximos meses tengamos mas noticias desagradables en este sentido, y de hecho, ya lo estamos empezando a notar en los recibos de recaudación conjunta de los servicios municipales de recogida de basuras, alcantarillado y suministro de agua, ejemplo de mala gestión y afán recaudatorio donde los haya.
No solo por lo elevado de los importes, que nada ayudan en estos tiempos a solventar las dificultades de las economías familiares, sino tambien por lo injusto y desproporcionado de los criterios con los que se aplican esas tarifas.
Los vecinos de Alhaurín pagamos un servicio de recogida de basuras, que por mucho que en nuestras casas clasifiquemos siguiendo los criterios más elementales de reciclaje, no son posteriormente tratadas según estos mismos principios.
Los vecinos de Alhaurín pagamos unas tasas de saneamiento que incluyen el coste de conexión con el centro de depuración del Guadalhorce, cuando un porcentaje elevadísimo de nuestras aguas sucias son vertidas directamente a arroyos o pozos ciegos sin ningún tipo de tratamiento ni depuración, además de estar en relación con el consumo de agua, algo absolutamente desproporcionado en las condiciones de buena parte de nuestro municipio donde existen viviendas con jardines y piscinas, donde no existe relación directa entre el agua consumida y la vertida.
Además, los vecinos de Alhaurín, pagamos el suministro de Agua con una tarifación que no discrimina el número de habitantes de cada vivienda, aplicándose el mismo precio según tramo a familias con dos miembros que a las que tienen 5 o 6.
Es urgente y necesario aplicar fórmulas de aplicación de estas tasas municipales, que tengan en cuenta estas realidades. Formulas ya experimentadas en otros lugares y abaladas por los propios usuarios, en el sentido de aplicarlas de forma que se penalicen los consumos excesivos y no justificados, pero que tengan en cuenta tambien el numero de habitantes de cada inmueble, aplicando factores de corrección a esas tarifas que actualmente penalizan el gasto superior a la media a las familias numerosas o en situaciones especiales.
Esta política, junto con un ambicioso plan de actualización y mejora de la red de saneamiento municipal, que tambien redundaría en evitar los accidentes y perjuicios causados en época de lluvias intensas, la aplicación de medidas sostenibles en los edificios e infraestructuras públicas y la promoción de esas mismas medidas en las construcciones privadas, ( sistemas de aprovechamiento de pluviales y aguas grises, etc..),y la implantación de sistemas de tratamiento y reciclaje efectivo de los residuos, no solo redundarían en un beneficio directo sobre nuestro medio, sino que sin duda supondrían una justa adecuación de las tasas sin menoscabo de la calidad de los servicios prestados.
En caso contrario, puede ocurrir, de nuevo, que los ciudadanos respondan de forma contundente.
Juan Manuel Mancebo Fuertes
jmanceb@gmail.com
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