viernes, 21 de noviembre de 2008

La crisis no es “Real”.

Usted, yo y la mayoría de las personas que nos rodean estamos sufriendo las consecuencias de la crisis que han provocado los amos del mundo, un selecto grupo de hijos de puta que juegan al monopoli en Wall street sin importarles que cualquiera de nosotros acabemos en el paro o que miles de personas de cualquier país desfavorecido mueran cada día de hambre o victima de sus juegos de guerra.
Usted, yo y la mayoría de las personas que nos rodean estamos haciendo malabarismos para llegar a fin de mes con sueldos cada vez más bajos, con trabajos cada vez más inseguros y con los precios de los alimentos e hipotecas cada vez mas desproporcionados.
Usted, yo y la mayoría de las personas que nos rodean escuchamos cada día los mensajes de nuestros políticos justificando la situación económica que ellos mismos con connivencia o ineptitud han colaborado a crear, y nos convencen de que estamos en época de restricciones, de limitación en los gastos de apretarse el cinturón.
Pero, usted, yo y la mayoría de las personas que nos rodean, que vamos a que pagar con nuestros impuestos más de 8,9 millones de euros en 2009 para los gastos de la casa real, también vamos a costear con 3,3 millones de euros más unas pequeñas reformas en los jardines del palacio de la zarzuela, en la piscina y en la casa de verano del rey.
La partida "Casa Real de Su Majestad el Rey" que figura en los Presupuestos del Estado otorga ya casi nueve millones de euros para el mantenimiento en 2009 de la Jefatura del Estado, que el rey "distribuye libremente" según establece el artículo 65 de la Constitución.
En esa asignación presupuestaria no están incluidos los 3,3 millones de euros que el Gobierno se va a gastar en remozar el palacio de La Zarzuela y que serán aportados por Patrimonio Nacional, un organismo autónomo adscrito al Ministerio de la Presidencia que administra los bienes de titularidad del Estado que están al servicio del Rey "para el ejercicio de la alta representación que la Constitución le atribuye", entre ellos los palacios reales de Madrid, El Pardo o Aranjuez.
Tampoco se financian con la partida de 8,9 millones los más de 6 millones de euros de los sueldos de la mayor parte de los empleados de la casa real, que corren a cargo del Ministerio de Administraciones Públicas; ni los viajes oficiales del rey, la reina, o el príncipe de Asturias que soporta el Ministerio de Asuntos Exteriores; ni el mantenimiento de los vehículos oficiales que utiliza don Juan Carlos, que paga el Ministerio de Economía y Hacienda; ni los sueldos del jefe del Cuarto Militar y los ayudantes del Rey y el Príncipe, que abona el Ministerio de Defensa.
Y ahora, entre todos, incluso en crisis, vamos a hacer el esfuerzo de rehabilitar un edificio del complejo de la zarzuela con 1,5 millones de euros, y vamos a reformar la piscina del palacio, la exterior, no ninguna de las otras cubiertas, que esas no lo necesitan todavia, y nos vamos a apretar todavía más el cinturón aportando 163.000 euros más para dejar esta piscina como dios manda.
Además aportaremos 935.000 euros para ampliar el control de accesos al palacio, 300.000 para ampliar los almacenes y unos 330.000 para arreglar los jardines, además de 78.000 euros más para renovar la instalación eléctrica del palacio de Marivent, en Mallorca, residencia de veraneo de los monarcas, que debe tener los fusibles quemados.
Así que no se queje nadie que en términos “reales” no hay crisis que valga.
Juan Manuel Mancebo Fuertes
Noviembre 2mil8
jmanceb@gmail.com
www.bobastro2.blogspot.com

1 comentario:

1+0=8 dijo...

a mí, como a un checo que vive aquí, me divierte bastante tener a un rey, justo por la palabra real, en los tiempos de unos números inimaginables en crisis, mola mucho vivir con un empereador, tener una cosa así del pasado, como en un cuento de hadas o en un simulacro, qué viva el rey y qué vivan todas las inutilidades y tonterídumbres del capitalismo y del nuestro querido sistema social, qué viva la realidad económico y qué descansemos un día todos juntos en un jardín renovado.