Sigo sin entender la presencia de representantes públicos en los actos religiosos en nuestro aconfesional estado. En principio parece que está claro en el articulo 16-3 de nuestra constitución cuando dice: “Ninguna confesión religiosa tendrá carácter estatal”, pero en la práctica seguimos con autoridades civiles, militares y policiales acompañando a las imágenes católicas en esta Semana Santa desde hace decádas, incluso previas a la propia Constitución. Volvemos a ver estos días en Alhaurín al Alcalde y algunos de mis compañeros concejales encabezando las procesiones junto al jefe de la Policía Local, portando además todos ellos los símbolos oficiales de sus cargos, signo inequívoco de que su presencia no es a titulo particular, sino como representantes de la Administración local, es decir del estado, en una ceremonia religiosa. Podría entenderse que con su presencia están dando un carácter oficial a las ceremonias de esta confesión religiosa en detrimento de otras a cuyos actos religiosos no acuden, y eso no lo contempla el texto constitucional. Es este un debate peliagudo,lo sé, en el que se mezclan tradiciones, sensibilidades personales, y asuntos de fé pero a nadie se le escapa que la religión católica es privilegiarla por el estado en base a acuerdos con la Santa Sede que, por ejemplo, la eximen del pago del IBI y otros impuestos, o le otorgan derechos especiales en materias de educación, también a nivel local, donde nuestro Ayuntamiento directamente o a través de la Fundación colabora económicamente con las cofradias. Aportación, que en nuestro municipio muchos dan por buenas, al considerarlas una inversión en la manifestación histórico-cultural que mas turismo atrae, lo que en cierta forma repercute en nuestra economía local, y va en beneficio de los comercios de nuestro pueblo. Pero si analizamos de forma objetiva y eliminamos las connotaciones personales o religiosas a la hora de evaluar la conveniencia de estas manifestaciones liturgicas en términos de conveniencia económica, también debemos eliminar cualquier tipo de consideracion o referencia a la libertad personal y a las creencias a la hora de criticar de forma objetiva la presencia de cargos públicos (actuando como tales) en procesiones y misas. Especialmente en aquellos concejales cuyos partidos utilizan el laicismo como un argumento propagandístico para distanciarse del Partido Popular pero que de hecho practican una política que supone un constante retroceso en la separación iglesia-Estado que nuestra carta magna propugna. Y aunque no debería hacer falta expresar mi máximo respeto a los creyentes y practicantes, nunca viene de mas recordarlo, y dedicarlo a los que intentaran tergiversar esta crítica a las organizaciones,( Iglesia y Partidos políticos) y convertirla en una crítica a las personas creyentes y concejales.
Feliz Semana Santa.
Juan Manuel Mancebo Fuertes
www.bobastro2.blogspot.com
jmanceb@gmail.com
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